¿Utilizas Google? Bueno, actualmente la verdad es
que esta pregunta podría resultar un poco absurda si utilizas Internet, o un
iPhone, o un teléfono con Android, o Kindle o un iPad, porque desde luego en
este caso seguro que utilizas Google de alguna manera.
Como ya te informamos recientemente, desde el 1
de marzo de 2012, el mayor recolector de datos personales del mundo, Google,
cambió la forma en cómo usa la información que tiene de ti. ¿Qué cambio supone
esto? Y lo que es más, ¿qué debo hacer para proteger la información que Google
está recopilando sobre mí?
Empecemos a contestar estas cuestiones fijándonos
en la infografía, que representa potencialmente cuánta información es capaz
Google de recopilar sobre nosotros a través de sus diferentes servicios.
La infografía, llamada “Google y su mina de
datos”, muestra algunos –aunque no todos– de sus servicios, a través de los
cuales Google podría, potencialmente, acceder para recopilar información y
hacerse una imagen de ti y de tus intereses, según utilices dichos
productos.
Para ser claros, no estoy diciendo que Google
esté activamente recopilando todos estos datos para crear perfiles detallados de
la gente que se compartan de forma inapropiada con terceros. Lo que digo es que
los cambios que Google hizo el pasado 1 de marzo han levantado numerosas
cuestiones que no tienen contestación, y no somos lo que se puede decir nuevos
en esto de la privacidad de Internet.
El indicador más visible de los cambios
realizados el pasado 1 de marzo es la “unificación de las
políticas de
privacidad”, que combinó unas 60 políticas de privacidad de diferentes
productos de Google en una sola. Pero la aplicación de solo una política de
privacidad de forma retroactiva es problemática. Es por esto que todo el mundo
que ya utilizaba un servicio de Google ha tenido que dar de nuevo su
consentimiento.
Vamos a ver un ejemplo práctico. Cojamos Gmail:
empecé a utilizarlo hace muchos años (Google dice que tiene 350 millones de
usuarios activos en Gmail). Aunque no utilizo la dirección de Gmail como mi
correo principal, en la actualidad tengo como 47.000 mensajes en mi bandeja de
entrada, lo que puede darte una imagen más o menos certera de qué ha pasado en
los últimos siete años de mi historia, que han sido un montón de cosas.
¿Y qué pasa con el motor de búsqueda de Google?
Si hago un cálculo rápido, es posible que haya realizado más de 47.000 búsquedas
vía Google en estos últimos años. Bueno, con estos datos mi imagen puede estar
mucho más completa. Y todavía podemos completarla más si tomamos en cuenta la
cantidad de vídeos de YouTube que he publicado, comentado, buscado o visto.
Creo que el punto crítico de todo esto, es cuánto
valgo para Google como un cliente potencial de sus anunciantes online, ya que
Google se ha dado cuenta de que mi valor es más alto según va recopilando más
información sobre mí. Como un montón de gente, incluyendo los fans de Google,
ahora me pregunto qué podría llegar a pasar con todo el set de datos que Google
tiene de mí.
¿Y cuáles son mis opciones si quiero impedir que
Google utilice todos los datos que tiene míos? El sitio por donde debemos
empezar, sitio que deberías visitar incluso si no estás preocupado sobre tus
datos y Google, es el
Dashboard.
El Dashboard de Google
Necesitas hacer login en Google para ver la
información del Panel de Control o Dashboard, y seguramente te sorprenderás por
la gran cantidad de información que el gigante tiene sobre ti.
En mi perfil, he contado 32 entradas diferentes
de datos, y una nota que dice “15 productos adicionales no están disponibles en
este dashboard” (estaría bien saber cuáles son, de forma que pudiera
analizarlos). Debajo puedes ver una imagen de mi Dashboard.
La primera cosa que ha atraído mi interés es el
link “Websites authorized to access the account”, es decir, “Lista de sitios web
autorizados a acceder la cuenta”. Cuando he hecho clic en este link, me he
encontrado con algunas sorpresas, dado que había algunos servicios de los que no
era consciente de que tenían acceso a mis datos.
Es cierto que eliminar el acceso a mis datos es
fácil, pero la verdad es que Google podría haber hecho un mejor trabajo en esta
página informándome de qué significa exactamente que dichos servicios tienen
acceso a mi cuenta, así como las implicaciones de añadir más servicios o de
revocar los permisos.
En esta misma página encontramos bastante información acerca de las passwords
específicas de aplicaciones y de la verificación en dos pasos, pero, de nuevo,
no hay suficiente información.
Yo mismo en la web
Lo siguiente que me encuentro en mi Dashboard de Google es “Me on the Web”,
algo así como “Yo mismo en la web”. Este apartado tiene tres secciones, aunque
el contenido que Google ha puesto en este apartado es realmente valioso:
- Cómo gestionar tu identidad online: consejos
sobre cómo buscarte a ti mismo para averiguar qué hay indexado sobre ti; cómo
crear un perfil de Google como una vía de control acerca de lo que la gente
puede averiguar de ti; cómo eliminar contenidos no deseados en resultados de
búsqueda y una vía para notificarte cuando algo nuevo sobre ti aparece en la
web.
- Cómo eliminar contenido inadecuado: más
contenido sobre el mismo tema de la sección anterior.
- Sobre mí en la Web: más de lo mismo.
A pesar de la redundancia de los contenidos, esta
información es realmente valiosa. Es normal que los usuarios que estén activos
en Social Media probablemente sepan lo que se habla de ellos y ya se han buscado
(por ejemplo, yo, regularmente, me busco a mí misma para controlar todo lo que
aparece o se habla sobre mí, y tengo configurada una alerta de Google para que
me avise precisamente de esto). Lo que me sorprende es la cantidad de pasos y de
cosas que hay que hacer para poder gestionar tu identidad online.
Historial Web
Lo que también me ha sorprendido cuando exploras
el Dashboard, es el hecho de que el acceso a tu historial de navegación, a pesar
de que es un asunto que parece que preocupa a la gente, está situado justo al
final de la página (sé que es porque esta página se ordena de forma alfabética,
pero considero que es una debilidad desde el punto de vista de diseño de
interfaz). Cuando entras a este apartado, resulta cuanto menos interesante. Esto
es lo que veo cuando hago clic en “Remove items or clear Web History” (eliminar
datos o limpiar mi historial web):
Cuando analices esta página, no te sorprendas con
lo que encuentres. Por mi historial, está claro que Google está guardando la
información de qué busco y desde qué fuente: desde mi portátil, desde mi iPhone,
desde mi Kindle… Está claro que se trata de un seguimiento donde se mezclan los
datos de diferentes plataformas. Afortunadamente, Google facilita el que los
usuarios puedan parar este servicio a través del botón Pausa. De acuerdo a
Google, el botón Pausa “previene que en el futuro se almacene la información de
tu actividad en la web en tu historial, y de ser utilizada dicha información
para personalizar tus resultados de búsqueda”. Si haces clic en “Remove all Web
History” (eliminar todo el historial web), tus datos de actividad almacenados se
eliminarán totalmente.
Otra forma de evitar que Google almacene
información sobre ti es navegar y buscar sin hacer login en ningún servicio de
Google. Si al ir a
www.google.es ves tu
nombre en la parte superior de la página, entonces estás validado en algún
servicio de Google. Puedes hacer clic en tu nombre para acceder a la opción de
“Sign out” o salir.
Si estás utilizando Google como motor de búsqueda
en tu iPhone de Apple y utilizas iOS5, puedes ir a la pantalla de configuración
de Safari y activar la navegación privada como sistema para evitar ser rastreado
(estoy segura de que la opción de navegación privada viene desactivada por
defecto y no recuerdo haber hecho login en Google desde Safari en mi iPhone,
pero puedo asegurarte que mis búsquedas realizadas desde este teléfono han sido
rastreadas por Google antes de que haya activado la navegación privada).
También verás que Google es muy persistente
avisándote de que no estás validado en el portal, instándote a hacer login. Una
estrategia a considerar es el utilizar diferentes navegadores desde tu
ordenador, y hacer login solo con uno en concreto.
Esto significaría que podrías
utilizar Google Chrome, por ejemplo, para mantener tu sesión abierta, mientras
navegas y realizas tu actividad normal con Firefox, sin hacer login en Google.
Pero para asegurarnos todavía más de que no vas a ser rastreado, acuérdate de
activar la opción “Do not track” en Firefox.
¿Qué problema hay en que Google grabe toda tu
actividad de búsqueda? La respuesta es muy subjetiva, teniendo en cuenta que
otras personas pueden llegar a saber en qué estás particularmente interesado.
Por supuesto que no todo el mundo en Google está vigilando exactamente toda tu
actividad de búsqueda, pero hay cosas claramente certeras en cuanto qué puede
pasar con tu historial.
Te invito a que leas de nuevo (y si no lo has
hecho, te invito a que lo hagas) la sección titulada “For legal reasons” (por
razones legales) de la
Política de
Privacidad de Google. Básicamente, dice que Google compartirá tu información
personal con compañías, organizaciones o personas fuera de Google si la compañía
tiene “una buena razón debido a temas legales, regulaciones, procesos legales o
requerimientos gubernamentales que justifique el acceso, uso, preservación o
difusión de la información”. No soy abogada, pero sí me atrevo a decir que es
demasiado amplia la definición y parece que hay muchas formas de interpretar las
expresiones “una buena razón” y “que justifique el acceso…”. Es una cuestión de
fe… Y, claramente, no creo que Google tenga ningún tipo de control sobre de qué
manera una tercera entidad puede interpretar algunas de mis búsquedas en Google,
como “almacén de misiles cerca de mí” o “dónde comprar arsénico”.
Preferencias publicitarias
Una de las razones por las que Google quiere
tener tu historial de navegación web es para mejorar la orientación de sus
anuncios. La compañía argumenta que es mejor para sus usuarios. El mercado
sugiere que también es mejor para Google. Y aunque Google te permite ejercer
cierto control sobre los anuncios que puedes ver, esta posibilidad de
configuración no aparece, extrañamente, en el Dashboard. Tienes que ir a un
sitio llamado
Ads
Preferences para hacer cambios. Las preferencias están divididas entre “Ads
on Search and Gmail” (anuncios en el motor de búsqueda y en Gmail) y “Ads on
the Web” (anuncios en la Web).
Seguramente encontrarás cosas muy interesantes si
has permitido a Google utilizar su cookie para seguir el rastro de tus
actividades. La página presenta “un resumen de tus intereses y datos
demográficos que Google ha asociado a tu cookie”. Francamente, me ha sorprendido
lo que he encontrado, porque no tenía una imagen tan exacta de mí y de mis
intereses como suponía, lo que puede sugerir que Google todavía no está haciendo
la correlación de toda la información que tiene de mí…, todavía.
La página Ads Preferences te permite deshabilitar
la opción de ver anuncios específicos para ti y te da acceso también a la
eliminación o a la edición de tus preferencias sobre anuncios. Entre otras
cosas, te permite personalizar los anuncios eliminando categorías erróneas de
temas que no te interesan e incluso añadir nuevas categorías de intereses. Y
como pasa con muchas cosas en Google, los detalles son un poco complejos. Por
ejemplo, se necesita una cookie para prevenir el seguimiento. Por lo tanto, si
eres de los que por hábito sueles eliminar tus cookies del navegador,
probablemente también estarás eliminando esta una y otra vez.
Algo más que decir…
Efectivamente, hay muchas más cosas que decir
sobre los cambios en la política de privacidad de Google y en cómo están siendo
gestionados, empezando por el hecho de que Google ha seguido adelante a pesar
del coro de objeciones de legisladores y reguladores tanto en Estados Unidos
como en la Unión Europea. Hay también una pregunta en el aire: ¿qué pasa con las
empresas y las agencias gubernamentales que utilizan los productos de Google y
cómo les afectan a ellos estos cambios?
Durante la crisis financiera en 2008, todos
nosotros oímos una y otra vez una frase que se hizo muy popular: “Demasiado
grande para caer”. Me resulta complicado evitar pensar que, dado el vasto
imperio que tiene Google con su base instalada y su gran catálogo de servicios,
los cambios en su política de privacidad son “demasiado grandes para entenderlos
en toda su complejidad”. Ciertamente, teniendo una imagen clara de dónde están
ahora las cosas, es normal pensar que Google tiene un trabajo duro por delante
en cuanto a adecuar todos sus servicios a todos sus usuarios, teniendo en
consideración que el gigante sigue desarrollando herramientas como el Dashboard
(que todavía necesita evolutivos).